viernes, 11 de noviembre de 2016

Catlateral Damage VR

Fecha de compra: 10/09/2016
Precio: 13 € (en un pack con "Mind: Path to the Thalamus" y "Vacate the room")
Nota: 4


Este juego es muy original y curioso: un simulador de gato. Te conviertes en un felino travieso cuyo objetivo es realizar el mayor destrozo posible en la casa. Debes tirar al suelo todos los objetos que encuentres, para que cuando llegue tu dueño se lleve una buena sorpresa.

Nada más entrar en el juego ves que las "maracas" se convierten en un par de pezuñas de gato. El menú principal te permite elegir el modo de juego: por objetivo o libre. Al principio resulta confuso realizar la elección... acercas la pezuña, pulsas el gatillo, el trackpad, y nada... hasta que te das cuenta de que para entrar en la opción elegida debes derribar al suelo el objeto que existe en dicha opción.

En el menú principal, pulsando en el trackpad del controlador, puedes elegir el gato que encarnas, aunque creo que esto no tiene ninguna relevancia posterior.

El modo de juego por objetivo consiste en que, en un tiempo determinado, debes tirar al suelo el mayor número de objetos. Mirando en tu pezuña izquierda puedes ver el tiempo que te queda, el número de objetos que ya has tirado y el que te quedan.

Para moverte por la habitación hay que pulsar con el gatillo de cualquiera de las "maracas" para teletransportarte al destino elegido al soltar el botón.

Y poco más... con las pezuñas vas derribando los objetos y te vas moviendo por la habitación para derribar otros objetos.

El modo libre es parecido pero sin tiempo límite... para volver al menú principal hay que pulsar unos segundos el botón de opciones (más arriba del trackpad) de cualquiera de los controladores.

Hay ciertos sitios en las habitaciones donde aparecen unas estrellitas cerca de algunos objetos. Al acercarnos y tocarlos con nuestras pezuñas, las estrellas vuelan y se multiplican. Se supone que esos son los sitios preferidos del gato, donde más le gusta jugar. Pero creo que no afecta a la puntuación que llevemos.

El juego es gracioso pero, pasada la curiosidad inicial, no apetece mucho rejugarlo... al menos para mi. Quizás sea adecuado para ponérselo a los niños y que se diviertan un rato haciendo travesuras gatunas virtuales.


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